20161226

Azul cielo de invierno

De repente! estiran de mi,
desde el corazón hacia dentro,
elevándome por los aires,
donde solo alcanza la luz y el aire,
soy tierra flotante que no toca el agua,
porque agua son mis encuentros.

Y siguen elevándome,
tan alto, tan alto que me falta el aliento,
entonces encuentro la razón de no ser,
el aliento anclandome al cuerpo,
tratando de comprender,
como la tierra alimenta la tierra.

Legado por un puñado de ramilletes,
una alfombra roja alcanza los pies,
donde los destellos son vidas transcurridas,
en la calma de tu vientre,
por más inocentes que puedan parecer,
son también pecados mortales y bendiciones por nacer.

ennegrecida el alma,
cuando la luz pura interior guía el camino,
el cuerpo abandona las lindes de la vida,
en la gran biblioteca, oscuridad y llamas de colores,
experimentan los encuentros de las eras,
forjando nuevas verdades, mezclando antiguos sonidos.

Susurros de jazmín, sándalo y melisa,
resuenan más allá de los limites del espíritu,
acompasado en la distancia,
sincronizado con libertad,
ungido en amor incondicional,
es la nueva era, más allá de la comprensión humana.

20160620

Amanece

Nubes de algodón,
dulces como un beso al despertar,
azul cielo de porcelana,
refrescante como un baño en el mar,
con el radiante sol,
las estrellas se apagan,
el día nos convida a empezar con ilusión,
como el amor cuando nos alimenta el alma.

Me gustas porque eres ruidosa y sincera como los pájaros en la mañana cantando al sol desde su rama,
me gustan tus mañanas con sabor a queso con miel y olor a clavo y romero,
me gusta cuando transformas dentro de mi todo eso que me hace perder la cordura,
y me das nuevos finales y nuevos principios,
me gustas porque eres como un farol que arroja luz a mi camino,
a veces tengo miedo de ver muy adentro si eres feliz,
dime que eres feliz aunque no sea cierto,
o moriré con tus palabras,
simplemente abrazame para sanarnos,
Mi amada tlaculta.

20160328

El alma abandonada

Enamorada,
cultivada en una sierva.
Nada cabe en esta celda de dolor.
Mientras suenan las cadenas,
mi alma en pena se envenena,
y vaga cuando condena,
el aroma de tu amor.

Pues descansa en tu destino,
el amor a mi camino,
y me embarga de dolor,
el saber que de mi ombligo,
brota largo el olvido,
que sembró tu corazón.