20170814

Carta de aliento de un padre muerto a una hija viva

Mi pequeña rosa del desierto ¿donde has ido esta noche?
Pasé por el jardín de estrellas para tomar una noche más a tu lado,
contarte el ultimo cuento y dormir en los eones.
Has crecido a mi lado con la fuerza de un León,
estas marcas son mi/tu firma.
Ahora debes seguir creciendo,
la noche, la luna crecen en mi interior.
Voy flotando a alguna parte entre tanta paz,
que parece que tu madre no haya muerto.
Sigilosa es la angustia, casi nula,
que robusta agita, quedando abajo.
Mi corazón palpita cuando pienso nuestras noches
en las que me dabas todo tu amor entre juegos y sodas.
Y las mañanas bailando,
levantandote del suelo entre mis manos,
tan pequeña y dulce que sería un placer,
tomarte de aperitivo con el vermu.
Tan pequeña y fragil enternecias mi corazón.
Asi que devuelveme el caramelo de menta que me voy y ya no vuelvo.
Me voy a tu corazón y al de todos los que me amaron.
Allí me quedaré siempre para que puedas encontrarme siempre que quieras, siempre que quieras

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